COVID y Salud Mental
Luego de más de un año de pandemia con el virus SARS Cov-2, y de haber experimentado los más dramáticos síntomas en el área respiratoria, con decenas de miles de fallecimientos a nivel mundial, y una verdadera catástrofe económica, debida, no sólo a los enormes costos médicos y hospilalarios, sino por las consecuencias del necesario enclaustramiento de la población, en un intento de luchar contra la expansión de la epidemia en todos los países, hemos comenzado a observar la aparición de alarmantes síntomas neuropsiquiátricos antes desconocidos como consecuencia de este tipo de enfermedades virales.
Aunque la infección sea leve, moderada o severa existen síntomas neuropsiquiátricos desde los inicios de la enfermedad.
Ya en las fases avanzadas del síndrome respiratorio agudo severo (SRAS), se han informado diferentes manifestaciones neuropsiquiátricas como forma de expresión clínica del curso de la infección, que podrían ser producto directo de la hipoxia (disminución drástica del aporte de oxígeno) cerebral por la insuficiencia respiratoria, la infección viral del tejido cerebral o enceflitis, la reacción del sistema inmune o “tormenta de citoquinas” o, de todos estos factores combinados. Las manifestaciones neuropsiquiátricas incluyen síntomas de ansiedad, crisis de angustia, depresión, confusión mental, síndrome confusional agudo, excitación psicomotriz, psicosis, e ideación suicida, muchas veces con resultados letales.
Los síntomas neuropsiquiátricos se pueden dividir en síntomas del sistema nervioso central (SNC), como cefalea, mareos, vértigos, alteración de conciencia, confusión, ataxia (pérdida del equilibrio), accidentes cerebrovasculares y convulsiones; síntomas del sistema nervioso periférico, como anosmia (pérdida del olfato), disgeusia (pérdida del gusto), neuralgia y diarreas; y síntomas psiquiátricos como apatía, depresión, anorexia, psicosis, síndrome confusional agudo, y agitación.
Ahora la pregunta que todos nos hacemos es: Cual es el mecanismo por el cual puede la infección por SARS Cov-2 producir estos síntomas neuropsiquiátricos de larga duración?
Las posibilidades son:
- Inflamación Directa.
2) Autoinmunidad.
3) Impacto distal inflamatorio en el cerebro
Revisaremos una información que plantea la tercera posibilidad.
En un trabajo muy interesante realizado en la Universidad de Stanford, un grupo de científicos , usó un modelo d ratón en el cual se podía elegir dónde sucedía la infección, limitando ésta sólo a los pulmones.
A los siete días de ésta infección respiratoria localizada se encontraron altos niveles de Citokinas (sustancias peligrosas producto de la infección) en el suero sanguíneo, y en el Líquido Cerebroespinal.
Siete semanas luego de la infección se mantenían elevadas las Citokinas en el suero sanguíneo y en el Líquido Cerebroespinal. Estas elevaciones han sido conseguidas por otros autores hasta meses luego de la infección primaria.
Se examinó la Sustancia Blanca cerebral, y se consiguió hasta siete semanas después una actividad aumentada de las Células de Microglía, las cuales tienen una función de defensa inmunitaria del cerebro.
Se estudiaron las autopsias 9 pacientes a los cuales se les realizó PCR por hisopado nasal al momento del deceso. Los cerebros de aquellos con ligera, o incluso asíntomática infección por SARS-CoV-2 presentaron reactividad de la Microglía de la Sustancia Blanca subcortical.
El Hipocampo es la estructura cerebral responsable de la memoria, se supone que ésta es soportada por la generación de nuevas células en su interior. La reactividad aumentada de la Microglía puede interrumpir este proceso. De hecho, los ratones que habían tenido infección ligera por SARS-CoV-2 siete días, y hasta siete semanas después mostraron una significativa reducción de la generación de nuevas células en el Hipocampo. Esto podría afectar notablemente la memoria.
Pero que podría causar esa disminución? Se piensa que una sustancia relacionada con las citokinas llamada Eotaxina-1, que muestra reducción de la neurogénesis (producción de nuevas células en el cerebro). En los ratones estudiados se observó un aumento de esta sustancia en el líquido cerebral hasta siete semanas luego de una infección ligera.
Se consiguieron niveles significativamente altos de esta sustancia en pacientes de COVID que reportaron la llamada “Niebla Cerebral” (Brain Fog), una condición que se está observando con frecuencia en pacientes Post COVID, contra aquellos que no presentaron este fenómeno.
Que otros cambios se observaron en los cerebros de éstos ratones con ligera infección respiratoria? A los siete días de la infección se observó una pérdida de otro tipo de células llamadas Oligodendrocitos (células de aislamiento y protección de la Neurona), que persistió hasta más de siete semanas.
Esta pérdida de células se acompañó de una diminución de la densidad de la envoltura protectora de los nervios la Sustancia Blanca. Esto podía condecir a una disminución de función en los circuitos neurales, otra de las variadas consecuencias de importancia para el correcto funcionamiento cerebral, posterior a la infección por SARS-CoV-2.
COVID-19 y tu Salud Mental
Las preocupaciones y la ansiedad sobre COVID-19 y su impacto pueden ser abrumadoras.
Medidas de autocuidado
Las medidas de cuidado personal son buenas para tu salud física y mental, y pueden ayudarte a tomar control de tu vida. Cuida tu cuerpo y tu mente, y conéctate con otros para beneficio de tu salud mental.
Cuida tu cuerpo
Presta atención a tu salud física:
• Duerme lo suficiente. Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días. Sigue tu horario habitual de sueño y vigilia, aun si te quedas en casa.
• Haz actividad física de manera regular. La actividad física regular y el ejercicio pueden ayudar a reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo. Encuentra una actividad que incluya movimiento, como danza, o aplicaciones para hacer ejercicio. Sal al aire libre, como un sendero natural o tu propio patio.
• Come de manera saludable. Elige una alimentación equilibrada. Evita comer comida chatarra y azúcar refinada. Limita la cafeína, ya que puede agravar el estrés, la ansiedad y los problemas para dormir.
• Evita el tabaco, el alcohol y las drogas ilícitas. Si fumas tabaco o si vapeas, ya tienes un mayor riesgo de sufrir enfermedades pulmonares. Dado que la COVID-19 afecta los pulmones, tu riesgo aumenta aún más. Consumir alcohol para hacer frente a un problema puede empeorar las cosas y reducir tu capacidad de afrontar una situación difícil. Evita tomar fármacos como medio de afrontamiento, salvo que tu médico te haya recetado medicamentos.
• Limita el tiempo frente a las pantallas. Apaga los dispositivos electrónicos durante cierto tiempo al día, incluso entre 30 y 60 minutos antes de acostarte. Haz un esfuerzo de manera consciente para pasar menos tiempo frente a una pantalla (televisión, tableta, computadora y teléfono).
• Relájate y recarga energías. Reserva tiempo para ti mismo. Unos pocos minutos de tranquilidad pueden ser reconfortantes y ayudar a calmar la mente y a reducir la ansiedad. Muchas personas se benefician con ciertas prácticas, como respiración profunda, taichí, yoga, atención plena o meditación. Date un baño de espuma, escucha música, lee o escucha un libro narrado, haz lo que sea que te ayude a relajarte. Elige una técnica que funcione para ti, y practícala con regularidad.
Cuida tu mente
Reduce los desencadenantes de estrés:
• Mantén tu rutina habitual. Mantener un horario diario habitual es importante para tu salud mental. Además de mantener una rutina habitual a la hora de acostarte, ten horarios regulares para preparar las comidas, bañarte, vestirte, trabajar o estudiar, y hacer ejercicio. Asimismo, dedica algún tiempo para hacer actividades que disfrutes. Esta previsibilidad puede hacerte sentir que tienes más control.
• Limita la exposición a los medios de comunicación. Las noticias constantes sobre la COVID-19 en todos los tipos de medios de comunicación pueden intensificar el miedo a la enfermedad. Limita el uso de redes sociales que puedan exponerte a rumores e información falsa. Asimismo, evita leer, escuchar o mirar otras noticias, pero infórmate frecuentemente sobre las recomendaciones nacionales y locales. Busca fuentes confiables.
• Mantente ocupado. Las distracciones saludables pueden alejarte del ciclo de pensamientos negativos que alimentan la ansiedad y la depresión. Disfruta de pasatiempos que puedas hacer en casa, como leer un libro, escribir en un diario, hacer manualidades, jugar o cocinar una nueva receta. Identifica un nuevo proyecto u organiza ese armario como te prometiste hacer algún día. Hacer algo positivo para controlar la ansiedad es una estrategia sana de afrontamiento.
• Concéntrate en los pensamientos positivos. Elige enfocarte en las cosas positivas de tu vida, en lugar de hacerlo en lo mal que te sientes. Considera comenzar cada día con una lista de las cosas por las que estás agradecido. Mantén un sentido de esperanza, esfuérzate en aceptar los cambios cuando se presentan, y trata de considerar los problemas en perspectiva.
• Usa tus valores morales o tu vida espiritual como apoyo. Si tus creencias te dan fuerza, pueden brindarte consuelo en momentos difíciles y de incertidumbre.
• Establece prioridades. No te abrumes al crear una lista de cosas que te cambiarán la vida y que quieres lograr mientras estás en casa. Fija metas razonables todos los días y haz un esquema de los pasos que puedes seguir para lograrlas. Date crédito por cada paso que des en la dirección correcta, sin importar lo pequeño sea, y acepta que algunos días serán mejores que otros.
Conéctate con otros
Organiza tu red de apoyo y haz tus relaciones más sólidas:
• Forma conexiones. Si trabajas a distancia desde tu casa o necesitas aislarte de los demás durante un tiempo debido a la COVID-19, evita el aislamiento social. Encuentra un momento cada día para establecer conexiones virtuales por correo electrónico, mensajes de texto, teléfono o por videollamada. Si trabajas a distancia desde tu casa, pregúntales a tus colegas cómo están y comparte consejos para el afrontamiento de situaciones difíciles. Disfruta de la sociabilidad virtual y de las conversaciones con los que viven en tu casa.
Si no estás completamente vacunado, sé creativo y mantén la seguridad al relacionarte con los demás en persona, como salir a pasear, conversar en la entrada de la casa y otras actividades al aire libre, o usar una mascarilla para las actividades en interiores.
Si estás totalmente vacunado, podrás regresar de manera más segura a muchas actividades en espacios cerrados y al aire libre que no hayas podido hacer debido a la pandemia, como reunirte con amigos y familiares. Sin embargo, si estás en una zona con un gran número de casos nuevos de COVID-19 en la última semana, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan usar una mascarilla en espacios públicos cerrados o al aire libre en zonas concurridas, o cuando estás en contacto cercano con personas que no están vacunadas. En el caso de las personas no vacunadas, las actividades al aire libre, que permiten un espacio amplio entre tú y los demás, suponen un menor riesgo de propagación del virus de la COVID-19 que las actividades que se hacen en espacios cerrados.
• Haz algo para los demás. Encuentra un propósito al ayudar a las personas que te rodean. Ayudar a los demás es una excelente manera de ayudarnos a nosotros mismos. Por ejemplo, envía correos electrónicos o mensajes de texto, o llama para ver cómo están tus amigos, familiares, y vecinos, especialmente los que son adultos mayores. Si sabes de alguien que no puede salir, pregunta si necesita algo, como hacer compras o ir a buscar un medicamento con receta.
• Brinda apoyo a un familiar o amigo. Si un familiar o un amigo necesita hacer cuarentena en su casa o en el hospital debido a la COVID-19, piensa en maneras de permanecer en contacto. Por ejemplo, puedes hacerlo con dispositivos electrónicos o el teléfono, o enviarle una nota para alegrarle el día.
Un estudio vincula incluso el covid-19 leve con cambios en el cerebro
Por Nadia Kounang, CNN
Las personas que tienen incluso un caso leve de covid-19 pueden haber acelerado el envejecimiento del cerebro y otros cambios, según un nuevo estudio.
Se cree que el estudio, publicado en la revista Nature, es el más grande de su tipo. Encontró que los cerebros de quienes tenían covid-19 tenían una mayor pérdida de materia gris y anomalías en el tejido cerebral en comparación con los que no tenían covid-19. Muchos de esos cambios estaban en el área del cerebro relacionada con el sentido del olfato.
"Nos sorprendió mucho ver diferencias claras en el cerebro incluso con una infección leve", dijo a CNN en un correo electrónico la autora principal Gwenaëlle Douaud, profesora asociada de neurociencias en la Universidad de Oxford. Douaud y sus colegas evaluaron imágenes cerebrales de 401 personas. que tuvieron Covid-19 entre marzo de 2020 y abril de 2021, tanto antes de la infección como un promedio de 4 meses y medio después de la infección. Compararon los resultados con imágenes cerebrales de 384 personas no infectadas de edad, nivel socioeconómico y factores de riesgo como la presión arterial y la obesidad similares. De las 401 personas infectadas, 15 habían sido hospitalizadas.
Los 785 participantes tenían entre 51 y 81 años y todos formaban parte del Biobanco del Reino Unido, una base de datos de salud gubernamental en curso de 500,000 personas que comenzó en 2012.
Douaud explicó que es normal que las personas pierdan entre un 0,2 % y un 0,3 % de materia gris cada año en las áreas del cerebro relacionadas con la memoria a medida que envejecen, pero en la evaluación del estudio, las personas que habían sido infectadas con el coronavirus perdieron una cantidad adicional 0,2 % a 2 % del tejido en comparación con aquellos que no habían sido infectados. Además de imágenes, se evaluó la función ejecutiva y cognitiva de los participantes mediante la prueba Trail Making Test, una herramienta utilizada para ayudar a detectar deficiencias cognitivas asociadas con la demencia y prueba la velocidad y función de procesamiento del cerebro de una persona. Los investigadores encontraron que aquellos que tenían la mayor pérdida de tejido cerebral también se desempeñaron peor en este examen.
Aunque las áreas del cerebro más afectadas parecen estar relacionadas con el sistema olfativo, Douaud dijo que no estaba claro por qué era así.
"Dado que los cambios anormales que vemos en los cerebros de los participantes infectados podrían estar relacionados en parte con la pérdida del olfato, es posible que recuperarlo lleve a que estas anomalías cerebrales se vuelvan menos marcadas con el tiempo. De manera similar, es probable que los efectos nocivos del virus (ya sea directo o indirecto a través de reacciones inflamatorias o inmunitarias) disminuyen con el tiempo después de la infección. La mejor manera de averiguarlo sería escanear a estos participantes nuevamente dentro de uno o dos años", dijo.
Douaud agregó que los investigadores anticipan volver a tomar imágenes y evaluar a los participantes en uno o dos años.
Y aunque el estudio encuentra alguna asociación entre la infección y la función cerebral, aún no está claro por qué. Estudios previos han demostrado que las personas con pérdida significativa y repetida del olfato también tienen una pérdida asociada de materia gris. Sin embargo, este estudio no evaluó si las personas realmente tenían pérdida del olfato.
Los autores advirtieron que los hallazgos fueron solo de un momento en el tiempo, pero señalaron que "plantean la posibilidad de que las consecuencias a largo plazo de la infección por SARS-CoV-2 puedan contribuir con el tiempo a la enfermedad de Alzheimer u otras formas de demencia".
Los hallazgos fueron notables, pero no fueron suficientes para causar alarma, dijo el Dr. Richard Isaacson, neurólogo y director del Centro para la Salud Cerebral de la Universidad Atlántica de Florida. Isaacson no participó en el estudio. Isaacson dijo que los hallazgos fueron perceptibles para los médicos, pero agregó que el impacto general en las personas era difícil de determinar y podría ser pequeño. "Es realmente difícil saber el impacto clínico a largo plazo y el impacto en la calidad de vida en una situación como esta", dijo.
"El cerebro puede verse afectado por otros mecanismos como el cambio inmunitario, inflamatorio, vascular o psicológico/conductual, pero no por una infección directa", dijo el Dr. Alan Carson, profesor de neuropsiquiatría en el Centro de Ciencias Clínicas del Cerebro de la Universidad de Edimburgo, que no participó en el estudio.
"Lo que este estudio muestra casi con certeza es el impacto, en términos de cambios neuronales", dijo. "Pero no creo que nos ayude a comprender los mecanismos que sustentan el cambio cognitivo después de la infección por covid".
- Visto: 453